Apuesto a que sus redes sociales están REPLETAS de «hauls» de prendas de fast fashion de la temporada, entre reels de Instagram y vídeos de TikTok para comparar las novedades entre ellas y nuevas tendencias mostrando cada día contenido de moda publicado por miles de creadores digitales de todo el mundo. Las redes sociales hablan el lenguaje de la moda, lo que no está tan claro es que  lo hagan en clave sostenible. Mientras la industria de la moda rápida continúa en la mira de las políticas contra el calentamiento global, tal y como atestigua la propuesta legislativa o Green Deal presentada por la Comisión Europea hace pocas semanas, millones de usuarios de redes sociales reciben diariamente toda una barra libre de estímulos para el consumo de prendas de firmas de fast fashion.

 El contenido de los prescriptores de moda atrae a estas plataformas a cientos de miles de usuarios, lo que no es ningún secreto para sus responsables. La forma en la que Instagram ha adaptado sus funciones y usabilidad al e-commerce en los últimos tiempos, (permitiendo ahora que los usuarios etiqueten las prendas con las que aparecen), da buena cuenta de ello. En TikTok las visualizaciones de los contenidos bajo la etiqueta #fashion acumulan cerca de 135 mil millones de visualizaciones. La plataforma de vídeo, junto con la función de reels de Instagram, ha consolidado formatos en los que la imagen de una misma prescriptora aparece duplicada mostrando distintos looks, una edición muy utilizada por las creadoras para comparar la oferta de distintas firmas de moda rápida, para divulgar consejos de estilo y maneras de llevar las nuevas tendencias a su audiencia o bien incluso para plantear un keep or return, un formato en el que muestran a sus seguidores qué prendas van a quedarse y cuáles devolver después de una gran compra. La edición recuerda a otro contenido habitual en redes con más antigüedad como YouTube, en la que la etiqueta #haul (botín) marca más de 280 mil vídeos a lo largo de más de 75 mil canales. En estos vídeos los creadores hablan a cámara mientras explican sus últimas adquisiciones en compras bastante cuantiosas en tiendas de moda rápida.

La producción de materiales genera la mayor parte de la huella de carbono de la industria de la moda, por lo que no es de extrañar que el interés por la innovación textil se haya revigorizado. Este año hemos visto cómo Stella McCartney lanzaba un bolso fabricado con Mylo, un símil del cuero hecho de raíces de hongos. Zara ha presentado sus primeros productos hechos con el material de captura de carbono de la empresa LanzaTech, y el propietario de Gucci acaba de invertir en VitroLabs, empresa dedicada al cultivo de cuero.
También ha cobrado fuerza el desarrollo de textiles reciclados a partir de residuos de consumo, todo un desafío para la industria. Con frecuencia, los materiales reciclados utilizados en la industria de la moda provienen de residuos de fabricación o de otras industrias; tal es el caso de las botellas de plástico. «Hace solo cinco años, cuando se hablaba del reciclaje de textil a textil, muchos pensaban que eso aún tardaría en llegar. 
Mylo
Respaldado por Stella McCartney, Adidas, Kering (el grupo  de Gucci) o  Lululemon, Mylo es un símil del cuero a base de micelio (raíces de hongos). A partir de sus células se producen grandes láminas de material esponjoso que luego se somete al mismo proceso de curtido que el cuero de origen animal. Aunque se fabrica principalmente con materiales de origen biológico, el mylo contiene algo de de plástico, y su objetivo es eliminar por completo los componentes sintéticos.
Reishi
Al igual que el mylo, el material Reishi, fabricado por MycoWorks, está basado en láminas de micelio cultivadas a partir de células de diseño alimentadas con residuos agrícolas. Dichas láminas se someten a un curtido sin cromo ni materiales sintéticos. MycoWorks lanzó sus primeros productos de la mano de Hermès el año pasado, y el pasado mes de enero consiguió 125 millones de dólares de financiación para expandir su negocio.
Mirum
Creada por Natural Fiber Welding, el Mirum es una alternativa al cuero producida a partir de plantas y minerales, y sin plástico. Según la empresa, este material puede reciclarse infinitamente y es completamente circular. Allbirds y Pangaia ya han creado crear productos con Mirum, y Ralph Lauren es inversor de la empresa.
Piñatex
Piñatex, uno de las primeros cueros alternativos del mercado y fabricado a partir de residuos de piña, está presente ya en un amplio surtido de marcas, como H&M o Hugo Boss. Este cuero vegano contiene también un plástico de origen biológico, el PLA, y un revestimiento de poliuretano que lo hace más resistente.